Hace un año exactamente me iba a un viaje del que no sabía si regresaría, ya sea por quererme quedar alli, o simplemente perecería por mi humilde constitución física. Hace un año, cuatro jóvenes solteros viajábamos a Alemania al más grande festival de Heavy Metal. La vida cambió despues del Wacken, aunque los conciertos siguen en el país, y el metal continúa sonando en nuestras mentes más fuerte que nunca, algo diferente existe despues de dicho viaje; quizas es esa sensación de haber alcanzado una meta de vida, quizas haya sido esa euforia expulsada durante la casi semana del campamento, o quizas sea que la posibilidad de regresar se desvanece día a día… De algo estoy seguro, ningun otro festival o concierto volverá a ser el mismo. Long Live Wacken.

Y todo esto me viene a la mente mientras escucho lo nuevo de Testament cuando mi posición heliocéntrica vuelve a ser la misma que cuando volaba en ese ruidoso KLM.